Más del 70% de los europeos confía en este tipo de productos y existen buenas razones para ello:
- Los Productos ecológicos respetan los sistemas y los ciclos naturales, preservan y mejoran la salud del suelo, el agua, las plantas y los animales.
- Todos los productos están sometidos a controles de calidad.
- Son saludables.
- También han sido tratados de acuerdo con técnicas respetuosas.
- Son sabrosos y nutritivos: Contienen altos niveles de vitaminas –especialmente la C–, minerales esenciales (calcio, magnesio, hierro, cromo…), y antioxidantes.
- Están sometidos a inspecciones y controles. Todos los operadores ecológicos deben ser inspeccionados al menos una vez al año, según establece la Comisión Europea.
- La agricultura ecológica debe basarse fundamentalmente en recursos renovables integrados en sistemas agrícolas locales. Los residuos y los subproductos de origen vegetal y animal deben reciclarse mediante la reposición de nutrientes en la tierra.
- Además, este tipo de alimentación ayudan a favorecer tu salud.
- La cadena de distribución se acorta: la agricultura ecológica significa que tanto el tiempo como la distancia en el traslado de los alimentos desde la granja o la huerta hasta las cocinas de las casas y los restaurantes se reducen considerablemente. Porque proceden de fincas cercanas.
- Su elaboración se basa en métodos tradicionales lo que ayuda a que el producto reúna mejores cualidades y propiedades.